La Revolución Cubana

La Revolución Cubana

por Shane Mage

21 de diciembre de 1961

[Resolución de la minoría presentada a la Convención de 1961 de la YSA, extraído de Spartacist (Inglés) No. 2 Traducido en Cuadernos Marxistas No. 2]

“El documento siguiente, presentado en 1961 a la Young Socialist Alliance [la organización de juventud del SWP] por nuestra tendencia, ha sido confirmado desde entonces de una manera notable. El pronóstico que planteaba – por ejemplo los fines contrarrevolucionarios de la burocracia estalinista rusa en Cuba – ha sido confirmado por sucesos posteriores: la crisis de los misiles; el tratado del azúcar con Moscú (ver Spartacist No. 1); y más recientemente la oferta de Castro de llegar a un entendimiento con el imperialismo norteamericano.

“La resolución también declara que ‘en su conjunto el proceso que se está desarrollando hoy en Cuba es el de formación de un estado obrero deformado – esto es, la creación de una sociedad como la que existe en la Unión Soviética, Europa Oriental y China.’ Ha sido nuestra opinión durante más de un año que este proceso ha llegado a un punto de consolidación tal que Cuba se ha transformado ya en un estado obrero deformado.”

1. La Revolución Cubana, constituye el punto más alto del desarrollo revolucionario alcanzado hasta ahora en el hemisferio occidental; es, en potencia, el comienzo de la revolución socialista en América. La conversión de este potencial en una realidad es sólo posible si la Revolución Cubana avanza de nuevo hacia delante, externa e internamente, hacia el establecimiento de la democracia obrera en Cuba y la expansión de la revolución por lo menos a los países decisivos de América Latina.

2. A pesar de un enorme progreso Cuba sigue siendo económicamente atrasada y permanece aislada en el hemisferio occidental bajo la dominación del imperialismo estadounidense. Esta situación es la causa directa no sólo de los obstáculos al continuado progreso de la Revolución Cubana sino también de sus fuertes tendencias hacia la degeneración.

Rebelión Social

3. Para las masas cubanas la conquista económica más significativa de la revolución ha sido un aumento substancial del nivel de vida. Esto ha sido conseguido a través de una redistribución radicalmente igualitaria de los ingresos y de las riquezas, y de una reorientación del patrón de inversión que da prioridad a la construcción de escuelas, casas, y facilidades culturales y recreativas. Al mismo tiempo, se ha empezado a diversificar la agricultura cubana. La acción directa de la clase obrera al apoderarse de la industria y en muchos casos, al ejercer control democrático sobre esta industria; la organización del campesinado en cooperativas organizadas democráticamente; el armamento de las masas con la formación de milicias – todo esto, aunque no se consumó en el dominio real sobre el estado por parte de la clase obrera, sí que dio a las masas un peso considerable en la vida política del país. Esto fue una importante ganancia de las masas cubanas y caracterizó a la revolución como un profundo trastorno social que llevó a las masas cubanas por primera vez en la historia a tener un control parcial sobre su propio destino.

4. La revolución ha trastornado básicamente las previas formas de propiedad cubanas. Los latifundios propiedad de estadounidenses y cubanos se han convertido en propiedad o bien del campesinado trabajador o bien del estado. Todas las posesiones industriales de los Estados Unidos han sido confiscadas y las posesiones de una porción considerable de la burguesía cubana han sido así mismo expropiadas. Ya que Cuba sigue libre de la carga de hacer pagos de compensación y de indemnización importantes, estas medidas pueden proveer la base estructural para una economía planificada de tipo no capitalista.

5. La rapidez y profundidad de la revolución en las formas de propiedad ha sido esencialmente una respuesta a las acciones del imperialismo de los EE.UU. Aunque la Revolución Cubana empezó teniendo una finalidad puramente democrático-burguesa (reforma agraria, derrocamiento de la dictadura de Batista, independencia nacional) esto no podía conseguirse sin una lucha feroz contra el imperialismo estadounidense y sus cómplices burgueses cubanos. El hecho de que el régimen de Castro rehusó echarse atrás ante el chantaje y la agresión económica de los EE.UU. le llevó a movilizar las masas cubanas y a asestar un golpe definitivo a las bases económicas, del dominio imperialista y burgués. Su propia supervivencia le forzó a destruir el ejército y la policía previos que habían sido el sostén de la “democracia” de Grau y Prío así como de la dictadura de Batista, y a remplazarlas con un nuevo ejército revolucionario y con una extensa milicia popular.

Imperialismo estadounidense 

6. La principal preocupación del imperialismo estadounidense en su encarnizada hostilidad hacia la Revolución Cubana ha sido el salvaguardar las posesiones económicas de los EE.UU. en toda Latinoamérica. Los Estados Unidos se han contenido ante la invasión militar de Cuba sólo por la probabilidad de que dicha acción pudiera extender la revolución en vez de suprimirla y por la certidumbre de que el intento de los Estados Unidos de ocupar Cuba se vería enfrentado con una resistencia feroz por parte del pueblo cubano. La línea de conducta de los Estados Unidos hacia Cuba ha sido por lo tanto el intentar estrangular y deformar la economía cubana a través de la combinación de presión militar y política con una agresión económica abierta.

7. La economía cubana ha sido capaz de continuar funcionando bajo estos golpes sólo porque la Unión  Soviética vino en su ayuda al cambiar azúcar cubana por gasolina, municiones y productos industriales esenciales. Lejos de ser altruista, esta acción redunda enteramente en beneficios económicos y políticos para la burocracia estalinista-contrarrevolucionaria que gobierna en la Unión Soviética y en los otros países del “campo socialista”. Su meta es controlar la Revolución Cubana y usarla en un último pacto de “coexistencia pacífica” para presionar a los Estados Unidos a dar más concesiones.

8. El desarrollo político de la Revolución Cubana se ha caracterizado a todo lo largo por la ausencia de un partido político marxista revolucionario de importancia y la falta total de estructuras democráticas por las cuales el gobierno sería responsable ante, y controlado por, los obreros y los campesinos. Durante un período de tiempo considerable estos factores fueron obscurecidos por las acciones revolucionarias del régimen de Castro y por su amoldamiento a la presión de las masas. De todas maneras, el hecho era que el estado cubano y la economía estaban en manos de un aparato administrativo separado e independiente de los obreros y de los campesinos ya que no estaba sujeto a elecciones ni podía ser disuelto por ellos. Hasta la más democrática de las instituciones, la milicia popular, estaba privada del derecho democrático esencial de elegir a sus propios oficiales.

Burocratismo

9. Hasta en el período de la agitación revolucionaria hubo fuertes tendencias hacia la imposición de estructuras burocráticas sobre la revolución. Esto fue claramente evidente en el caso de los sindicatos cubanos cuyos líderes elegidos democráticamente, cualesquiera que fueran sus vicios, eran fidelistas que habían expulsado a los antiguos burócratas pro-Batista en 1959. Durante 1960 estos líderes fueron expulsados arbitraria y antidemocráticamente y remplazados por unos nuevos líderes, de origen principalmente estalinista, serviles al gobierno. Seguidamente la estructura del movimiento sindical fue transformada para eliminar la autonomía de los sindicatos únicos, llevando el control centralizado a las manos de un pequeño grupo burocrático.

10. Desde la invasión del 17 de abril ha existido una verdadera intensificación y aceleración de la tendencia hacia la burocratización y autoritarismo. La mayoría de las cooperativas agrícolas, teóricamente controladas por sus miembros campesinos han sido transformadas en “granjas del pueblo” bajo la administración centralizada del estado. Los intentos de control obrero sobre la industria, los “comités de ayuda técnica”, han sido abandonados a la inactividad. La línea de conducta del gobierno, representada por Che Guevara, se opone específicamente al control obrero y asigna a los sindicatos cubanos el exclusivo papel de aumentar la producción sin defender los intereses de clase específicos de los obreros.

11. A medida que el régimen cubano desarrolla sus estructuras políticas éstas tienden así mismo a ser burocráticas y autoritarias. Después del 17 de abril, camuflados con frases sobre “la revolución socialista”, se ha desarrollado el sistema de partido único a través del amalgamiento del resto de los grupos políticos para formar las “Organizaciones Revolucionarias Integradas”. El aparato estalinista del previo “Partido Socialista Popular” juega un papel importante en la ORI, que fue representado en el reciente “Congreso Nacional de Producción” por el veterano dirigente estalinista Carlos Rafael Rodríguez.

12. Lejos de garantizar la libertad de palabra a todas las tendencias que apoyaban la revolución, el gobierno cubano desde el 17 de abril ha empezado a llevar a cabo enormes represiones. La más importante ha sido la supresión del periódico trotskista “Voz Proletaria” y el libro “La Revolución Permanente” de León Trotsky. Se ha impuesto la censura política a películas, y la publicación cultural independiente “Lunes” ha sido eliminada. Los arrestos arbitrarios, las largas detenciones sin cargos de socialistas revolucionarios norteamericanos indican llamativamente la existencia de un aparato secreto policíaco extremadamente bien establecido, libre de frenos legales o democráticos.

Estado obrero deformado

13. Tomado en su conjunto el proceso que se está desarrollando hoy en Cuba es el de formación de un estado obrero deformado – esto es, la creación de una sociedad como aquellas que existen en la Unión Soviética, Europa Oriental y China. Al disminuir la influencia de la clase obrera en la revolución, al limitar el atractivo de la revolución para obreros de otras tierras, al tener la tendencia de dar el poder a una burocracia incontrolable, y al someter el futuro de Cuba a la diplomacia contrarrevolucionaria del Kremlin, este proceso hace surgir el peligro de la restauración del capitalismo en Cuba. Sin embargo, esto no significa que en la Cuba de hoy el aparato burocrático esté tan consolidado o sea tan dominante como en los países del bloque soviético. La movilización democrática de las masas y la participación en la revolución de los obreros y campesinos han sido tan importantes y han llegado tan lejos, que se encuentra una fuerte resistencia a todos los niveles en contra del proceso de burocratización.

Democracia obrera

14. Los obreros y campesinos cubanos se enfrentan hoy en día a una doble tarea: defender su revolución contra los ataques de los EE.UU. y de los contrarrevolucionarios nativos, y derrotar e invertir las tendencias hacia la degeneración burocrática de la revolución. Para llevar a cabo está tarea necesitan crucialmente del establecimiento de la democracia obrera.

15. La democracia obrera, para nosotros, significa que todos los oficiales administrativos y estatales son elegidos por, y son responsables ante las masas trabajadoras, de la ciudad y el campo a través de instituciones representativas de gobierno democrático. Los mejores modelos históricos de tales instituciones fueron los sovietsde la Revolución Rusa de 1917 y los Consejos Obreros de la Revolución Húngara de 1956. Los obreros y campesinos cubanos pueden, sin duda alguna, desarrollar sus propias variantes originales de estas formas. Hay solamente un atributo sin el cual ninguna forma democrática no es sino una pretensión y una burla: debe existir una completa libertad de expresión y organización para todos los grupos políticos y tendencias que dan apoyo a la revolución, sin que haya ninguna concesión al monolitismo estalinista del sistema de partido único.

Partido revolucionario

16. La victoria completa de toda revolución moderna, la Revolución Cubana inclusive, requiere el surgimiento de un partido revolucionario de masas en el puesto dirigente. Los pequeños grupos trotskistas, en Cuba y en otras partes, tienen un papel vital como núcleos de tales partidos. Ellos pueden ejercer este papel si continúan preservando su independencia política y su capacidad de acción, y si evitan el peligro de ceder sus responsabilidades ideológicas y la misión histórica de la clase obrera a líderes no marxistas y no proletarios.

Defendamos la revolución

17. En su relación con la revolución cubana la YSA, como todo grupo revolucionario, tiene dos tareas principales:

(a) realizar el máximo esfuerzo para defender la revolución cubana no sólo contra los ataques militares y de toda otra índole del imperialismo de los EE.UU., sino también contra los ataques políticos de los agentes social-demócratas del imperialismo.

(b) luchar por el desarrollo y la extensión de la Revolución Cubana y en contra de los intentos del estalinismo contrarrevolucionario para corromper la revolución desde dentro. Nosotros buscamos el impulsar hacia delante este desarrollo y esta extensión tanto dando apoyo a las acciones revolucionarias de la dirección existente como criticando constructivamente, de una manera abierta y franca, los errores y las insuficiencias de la dirección. Para desarrollar la Revolución Cubana y extenderla a todo el hemisferio nos basamos sobre la imperiosa necesidad de establecer la democracia obrera y de formar un partido de masas del marxismo revolucionario.