PUERTO RICO SOCIALISTA y el Nacionalismo
PUERTO RICO SOCIALISTA
y el Nacionalismo
Publicado en ESPARTACO Vol. 1 No. 1, por la Spartacist League de los EE.UU. en octubre de 1966.
Muchas personas apoyan la independencia de Puerto Rico. Nosotros apoyamos la lucha del proletariado boricua por su independencia. Pero no concordamos con muchos de los que aparentemente dicen querer lo mismo. Estos señores no explican al proletariado puertorriqueño lo que quieren decir por independencia. Este es un término muy confuso en la mentalidad pequeña burguesa pero muy claro para los revolucionarios. Independencia para quién? ¿Es que la actual sociedad burguesa no contiene clases que existen en permanente contradicción? ¿Para los comerciantes, caudillos y mercaderes portorriqueños? ¿O para el proletariado?
Los dirigentes nacionalistas nos tratan de vender el mito de que todos los puertorriqueños pertenecemos a una sola clase. Esto no es verdad. Este no es el caso de ninguna de las naciones latinoamericanas. La mayoría de éstas no son “colonias” legalmente y se llaman “independientes”. Pero la clase obrera en estas naciones no es la que manda y el campesinado es brutalmente explotado por las burguesías nacionales.
Aún sin los imperialistas yanquis Puerto Rico tendría una clase local de “ricos” que explotan a la clase obrera y al campesinado. El nacionalismo no explica esto y naturalmente no lo resuelve. El nacionalismo es un substituto incompleto para la dictadura del proletariado.
El repetir slogans no resuelve la ausencia de un programa forjado y definido por las luchas del proletariado portorriqueño. Esta falta de teoría revolucionaria confunde a la clase obrera, la envanece en estupideces chovinistas y le impide evaluar científicamente su pasado y presente revolucionario. Con esta clase de activismo ultra-nacionalista nada es avanzado, la lucha se estanca en un lodazal de fraseología calcada del jacobinismo francés de 1789.
Debemos de recordarles a los líderes nacionalistas que el proletariado no es un cretino al que se le debe de educar por “etapas”, o sea, primero “independencia” y después socialismo. Peor es evadir el problema con la simplista ecuación independencia = socialismo, como hacen Corretjer y su séquito en la Liga Socialista de Puerto Rico. Sin explicación concreta de lo que se quiere decir esta ecuación es usada por los políticamente estériles. Semejante ecuación es puesta de pies sólo cuando el proletariado es el agente directo de la revolución-independencia. El proletariado puede tener aliados que pertenecen a las otras clases (como la pequeña burguesía urbana y el campesinado). Pero es el proletariado el que debe de llevar a la revolución en sus hombros. No un bloque o “frente” de clases en el cual ninguna clase es distinguida de las otras (para ventaja de los oportunistas).
Un Puerto Rico socialista debería de tratar de formar una confederación de estados socialistas en el Caribe. Esto incluiría a Haití y a la República Dominicana, además de otras islas en la región. Cuba estaría incluida naturalmente, aunque es difícil de predecir qué será de la burocracia de Castro cuando los obreros tomen el poder en el Caribe.
Esto es lo que queremos decir cuando decimos lucha socialista. Esto trascende los confines geográficos impuestos por el capitalismo mundial y trascende los estrechos confines mentales de los propagandistas del nacionalismo “socialista.” El proletariado no tiene patria.
La revolución nacionalista terminará en las manos de la burguesía portorriqueña si es que no se transforma en una revolución socialista. Una vez en las manos de estos líderes “patriotas” Puerto Rico volverá indirectamente al tentáculo imperialista pues éste controla el mercado mundial. Esto significa que la lucha contra la explotación deberá de continuar adentro de Puerto Rico aunque el imperialismo en persona haya sido arrojado. Debemos arrojar de Puerto Rico a los dos, al imperialismo y a sus lacayos, al mismo tiempo.
Para la mayoría de los portorriqueños, ya sean obreros o campesinos, la revolución nacionalista no garantiza verdadera democracia. Sólo si los obreros controlan su propia revolución a través de medios políticos creados por ellos (como comités obreros) Puerto Rico obtendrá independencia política y económica. Sólo si la clase obrera de Puerto Rico se alía con las clases obreras revolucionarias latinoamericanas y mundiales podrá un Puerto Rico socialista sostenerse en contra de las presiones militares y económicas del imperialismo yanqui.
La victoria nacionalista de 1897, la lucha heroica de Ponce en 1937 y la revolución de 1950 deben de ser sobrepasadas. La revolución socialista debe de ser una realidad en Puerto Rico como lo debe de ser en los E.E.U.U., Latinoamérica y el mundo entero.