¡Alto a la contrarrevolución de Solidarnosc!
Sindicato patronal de Polonia al servicio de los banqueros y la CIA
¡Alto a la contrarrevolución de Solidarnosc!
Introducción (Al folleto espartaquista sobre Solidarnosc)
[Adaptada de la introducción a la edición en inglés, 8 de octubre de 1981]
Mientras Lech Walesa se pavonea frente al congreso de Solidarnosc ostentando su medallón de la virgen y jactándose de cómo él fácilmente podría haber obtenido un 90 por ciento del voto, los imperialistas norteamericanos sienten que sus sueños revanchistas por la restauración capitalista en Europa del Este están cada vez más cerca de su realización. Y la “crisis de la dirección proletaria” esbozada por Trotsky hace casi medio siglo fue claramente revelada por la actuación de aquellos tanto dentro como fuera de Polonia que reclaman el derecho a dirigir la clase obrera.
El estalinismo ha disipado el legado histórico socialista e internacionalista del movimiento obrero polaco, desanimando a la clase obrera frente a la renaciente reacción pilsudskista. La burocracia estalinista polaca, después de hipotecar Polonia a los banqueros alemanes con la vana esperanza de comprar la tolerancia de su propia clase obrera, ahora parece paralizada por el intento de Solidarnosc de entregar el país entero a los imperialistas. En Polonia no ha surgido ninguna oposición socialista digna de tal nombre. A escala internacional, los supuestos izquierdistas ven en este peligro mortal para la propiedad socializada de Polonia una oportunidad para ganar sus barras y estrellas como apologistas de izquierda para los socialdemócratas y los “estadistas laborales” procapitalistas que desde hace mucho tiempo se alistaron como socios menores en la campaña de guerra imperialista contra la Unión Soviética. En esto, los jefes virulentamente anticomunistas de la AFL-CIO [central sindical] estadounidense se revelan corno no tan diferentes de los burócratas estalinistas en el poder desde Moscú a Pekín, dirigentes vendidos de instituciones obreras las cuales son incapaces de defender eficazmente contra el enemigo de clase.
Desde luego no es nuestra tarea buscar excusas para los gobernantes estalinistas que han desorganizado la economía polaca; que han capitulado ante la iglesia y los pequeños propietarios campesinos; que han dominado despóticamente a la clase obrera con privilegios burocráticos que imitan las odiosas desigualdades de la sociedad capitalista; que han repelido a los intelectuales y jóvenes; que han fomentado el nacionalismo y todo tipo de ideología atrasada, especialmente el antisemitismo; y que han convertido la palabra “comunismo” en una maldición. Hay una línea de sangre — trazada con la sangre de revolucionarios de Indochina a España — que nos separa a los trotskistas del estalinismo, ese “gran organizador de derrotas”. Pero es sí nuestra tarea buscar reunir a la clase obrera en Polonia e internacionalmente en torno a la defensa de la propiedad socializada históricamente progresista en Polonia, sobre todo dado que evidentemente los desprestigiados estalinistas son incapaces de hacerlo. La consigna de “unidad comunista contra el imperialismo a través de la revolución política”, lanzada por primera vez por la tendencia espartaquista al tiempo de la ruptura sino-soviética, es todavía más urgente en la medida en que la crisis polaca subraya la necesidad por la unidad revolucionaria de los obreros polacos y rusos para derrotar los proyectos sanguinarios del imperialismo estadounidense, de integrar Polonia al “mundo libre” para usarla como un arma contra la URSS, el bastión militar e industrial de los estados obreros deformados.
Este folleto constituye una recopilación documental del análisis espartaquista de los eventos en desarrollo en Polonia. A partir de septiembre de 1980 hemos constatado en los trastornos que han sacudido a Polonia tanto una oportunidad para la agitación revolucionaria como un potencial tremendo para la movilización reaccionaria basada en la iglesia católica, el “mercado libre” campesino, el movimiento “disidente” que mira hacia el Occidente capitalista para “democratizar” Europa del Este. Conforme Solidarnosc se consolidaba alrededor de un programa antisocialista culminando en la consigna por “sindicatos libres”, uno de los cantos de guerra del anticomunismo de la Guerra Fría, nosotros contraponíamos la demanda por sindicatos independientes del control burocrático y basados en un programa de defensa de la propiedad socializada. Las demandas levantadas en los artículos reproducidos en este folleto — por la absoluta separación de la iglesia del estado, por la colectivización de la agricultura, por la anulación de la deuda polaca a los banqueros imperialistas, por la defensa militar de la URSS contra el imperialismo — constituyen el núcleo programático del partido internacional de vanguardia necesario para la defensa revolucionaria de las masas trabajadoras de Polonia, contra el imperialismo y la restauración capitalista, a través de la revolución política en los estados obreros deformados y la revolución proletaria en todo el mundo capitalista.