Bloques podridos hacen añicos al Secretariado Unificado
Bloques podridos hacen añicos al Secretariado Unificado
Traducido de Workers Vanguard No. 245, 7 de diciembre de 1979. Esta versión fue impresa en Spartacist en español No. 8, agosto de 1980.
Durante la última década y media la principal atracción del “Secretariado Unificado” (SU) ha sido su pretensión de ser la IV Internacional. Aun cuando, desde lados opuestos de las barricadas sus fracciones en guerra se lanzaban epítetos públicamente en torno a Portugal en 1975, el SU seguía atrayendo a militantes subjetivamente revolucionarios gracias a su pretensión de representar la encarnación organizativa del partido mundial de la revolución socialista fundado por León Trotsky. Y ¡ay de aquel disidente en el SU qué disputara este mito! A lo largo de los años, oposiciones de izquierda dentro del SU han sido sumariamente botadas por cometer tal sacrilegio.
Pero en los últimos dos meses, el SU ha sido desgarrado por la cuestión de Nicaragua, formándose dos bloques (cada uno un matrimonio de conveniencia, bien en conformidad con la tradición del SU), los dos reclamando el título. Para Ernest Mandel, la escisión hizo añicos sus sueños de presentar un SU “unido” como una casa de contratación internacional para la “extrema izquierda amplia” Los expulsados y sus nuevos aliados son ahora tan agresivos como el SU en presumir de hablar a nombre del “movimiento mundial”. Pero los bloques opuestos son profundamente inestables, compuestos los dos por aventureros de habla centrista (Mandel y Moreno) en convivencia con aparatos nacionales reformistas socialdemócratas endurecidos (el SWP norteamericano y la OCI francesa, respectivamente).
Dentro del SU, en su “XI Congreso Mundial” recién concluido, se definieron tres tendencias principales expresadas claramente en tres mociones contrapuestas sobre el carácter del actual gobierno sandinista/burgués en Nicaragua. El ala derecha en torno al SWP de Jack Barnes aclamó a la junta dirigente actual como gobierno obrero y campesino; para congraciarse con el FSLN (explícitamente aprobado como “dirección revolucionaria”), el SWP sirve de soplón y asesor político de la policía secreta sandinista contra supuestos “ultraizquierdistas” (incluyendo a sus “camaradas” morenistas de antaño).
En el centro se encontraba el grupo alrededor de Mandel, diciendo de forma típicamente centrista, que el carácter del régimen nicaragüense todavía es indeterminado. Y luego estaba la cubierta “izquierdista” de Mandel, una mezcolanza que consiste del IMG británico, sectores del KAF sueco y la tendencia Matti en la LCR francesa. Estos “oposicionistas leales” designaron a la junta sandinista de régimen burgués de colaboración de clases, pero en lugar de llamar por un partido trotskista para organizar, una oposición proletaria independiente en Nicaragua, ellos aceptaron la política liquidacionista del SU de entrar en el FSLN bonapartista pequeñoburgués.
En el otro campo, la nueva unión entre la OCI francesa de Pierre Lambert y la Fracción Bolchevique (FB) de Nahuel Moreno es una de las alianzas más perversas de la historia. Cuando Vishinsky vociferaba contra un “bloque de derechistas y trotskistas” durante los juicios de Moscú, era una calumnia estalinista, pero la OCI y Moreno han logrado algo aun peor; ¡Trotsky y Bujarin tenían más en común que este par! La organización de Lambert es conocida entre los que se reclaman del trotskismo en Europa: su política estalinofóbica socialdemócrata la indujo a dar apoyo entusiasta al candidato del frente popular francés, el dirigente socialista Mitterrand, en las elecciones presidenciales de 1973. Para 1975, el deslizamiento de la OCI en la vía del reformismo fue sellado por su apoyo a los socialistas portugueses “democráticos” mientras que estos, con fondos suministrados por la CIA, encabezaban una movilización de masas contrarrevolucionaria anticomunista.
La corriente morenista es mucho más contradictoria. Moreno también era reformista en Argentina, pero perdió su base reformista, el vínculo directo con su “propia” burguesía. Separado a la fuerza del terreno nacional del reformismo argentino, sin nada que vender y sin Perón a quien vendérselo, Moreno, basándose ahora en el PST colombiano, decidió lanzarse en una aventura izquierdista en Nicaragua. Buscando ahora consolidar los beneficios de su renovada reputación de combatividad, Moreno salió en un curso centrista. Su Fracción Bolchevique ha sido construida en base a una crítica de izquierda de la respuesta de los mandelistas al “eurocomunismo” y del SWP sobre Portugal y Angola. Sobre estas cuestiones las posiciones de la FB tienen una extraña semejanza a las de la tendencia espartaquista internacional ― pero es un fraude; Moreno es un charlatán consumado. Lo podemos probar, y lo hemos probado en el Moreno Truth Kit (La verdad sobre Moreno).
Hacía tiempo ya que este bandolero político argentino había estado persiguiendo furtivamente a Mandel, corriendo a escondidas en el matorral y luego refugiándose tras las faldas de un grupo mayor, para luego romper con éste desde la “izquierda” cuando se presenta una oportunidad propicia. Primero con el SWP (1969-75) en la reformista, seudoortodoxa “Fracción Leninista-Trotskista” (que en el fondo era una oposición reformista al guerrillerismo de café mandelista), luego de manera informal en un bloque con Mandel. Cada vez ha extendido su influencia: primero al resto de América Latina y luego estableciendo una avanzada en el flanco sur de Europa. Mientras tanto, su política a escala nacional seguía siendo ultra-reformista (declaraciones por escrito de apoyo al régimen peronista, identificación de guerrilleros de izquierdas con los escuadrones de la muerte fascistas, etc.).
Ahora Moreno vuelve a la obra, esta vez con la OCI, y el bloque actual es aún menos estable que las maniobras anteriores. Los componentes ni siquiera pueden llegar a un acuerdo acerca de si deberían declararse por la “reconstrucción”, la “reorganización”, o la “reunificación” de la IV Internacional. Moreno mismo ha confesado que su “Comité Paritario” con la OCI no es más que un “frente único” de defensa ― pero uno que supuestamente procederá a la construcción de “partidos trotskistas”, a pesar de estar en desacuerdo sobre cuestiones políticas fundamentales. El “Comité Paritario” no es sino un cínico intento de poner en jaque a los mandelistas con la carta de “la unidad” y, naturalmente, el SU está invitado a incorporarse.
El alboroto sobre Nicaragua ha creado un tumulto entre los elementos de izquierdas dentro del SU. Muchos están siendo absorbidos por el bloque Moreno/OCI, que sobre esta cuestión se encuentra a la izquierda de la profunda liquidación del SU. En Francia particularmente, varios izquierdistas se han incorporado a la nueva Ligue Communiste Internationaliste (LCI), a pesar del cinismo y de la lealtad a la OCI de sus dirigentes. En otros países estos elementos siguen amarrados al SU (Inglaterra, Suecia). En España así como en Italia, grupos escindidos del SU han formado organizaciones morenistas relativamente grandes, pero cuya práctica política ha demostrado ser claramente derechista.
Pero tanto el bloque del SU como el de Moreno y la OCI de pronto están dando señales de mayor vulnerabilidad a la tendencia espartaquista. Han reaccionado con una repugnante oleada de infamias, calumniándonos de policías, y con violencia física en la peor tradición estalinista. La LCR y la OCI usaron recientemente sus servicios de “orden” para intentar silenciar a la Ligue Trotskyste de France. Pero con esta política les está saliendo el tiro por la culata. En Alemania Occidental, cuatro días después de que el comité local del GIM (sección del SU) en Köln expulsara a nuestros camaradas de la Trotzkistische Liga Deutschlands de una conferencia pública, el grupo del GIM en Tübingen declaró el 27 de noviembre, en una reunión pública sobre Irán, su acuerdo, con la oposición proletaria de la TLD a la reacción clerical en Irán. No es de extrañar que Mandel dijera en la última conferencia del GIM que, en cuanto al futuro de la sección alemana, “sólo podemos rezar”.
Nosotros podemos hacer más que rezar. A lo largo de los años, militantes serios de izquierdas dentro del SU que buscaban una alternativa al impresionismo pequeñoburgués y al frentepopulismo se han reagrupado bajo el auténtico programa trotskista de la tendencia espartaquista internacional. Desde la Revolución Cubana hasta las movilizaciones clericalistas de masas en Irán y la rebelión en Nicaragua, nuestra tendencia ha opuesto a la liquidación pablista del SU la lucha por partidos trotskistas. Ahora de nuevo, la crisis que rodea al SU ofrece oportunidades de reagrupar a militantes subjetivamente revolucionarios del SU en una formación internacionalista que lucha por el renacimiento de la IV Internacional de Trotsky.