La lucha contra el peronismo
La lucha contra el peronismo
[Extracto de Workers Vanguard No. 24, 6 de julio de 1973. Traducido en Spartacist No. 11, diciembre de 1982]
El grupo Moreno y el peronismo “de izquierda”
El mayor grupo argentino que se reclama del trotskismo es el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) dirigido por Nahuel Moreno. La tendencia Moreno existe desde fines de los años 40, y por lo menos desde 1952 en adelante ha mostrado las características fundamentales del pablismo clásico. Pablo abandonó la lucha por la construcción de partidos trotskistas independientes: a principios de los años 50, él fabricó la teoría objetivista según la cual el estalinismo se vería “forzado” a tomar medidas revolucionarias y por consiguiente los revolucionarios debían sumergirse en los partidos obreros predominantes. En América Latina este revisionismo fue llevado a un nivel aun más “elevado” cuando Pablo dió instrucciones al POR [Partido Obrero Revolucionario] boliviano a que entrara en el MNR [Movimiento Nacionalista Revolucionario] pequeñoburgués nacionalista, que de ningún modo era un partido obrero.
En Argentina el grupo Moreno se había enfrentado al peronismo hasta 1952 cuando rechazó esta posición calificándola de “sectaria”. Después de esta fecha “nos consideramos una parte ‘de facto’ del frente antiyanqui del peronismo” (cita de un “apologista de Moreno” en Workers’ Press, 14 de abril de 1972). Según la misma fuente, “nuestra innovación consistió en que por primera vez un grupo marxista entró en un partido burgués.” ¡La sumersión en este partido burgués duró doce años!
Después de la “Revolución Libertadora” de 1955, Moreno formó el Movimiento de Agrupaciones Obreras (MAO) y publicó la revista Palabra Obrera, que se presentaba como el “órgano del peronismo obrero revolucionario” publicado “bajo la disciplina del Gral. Perón y del Consejo Superior Peronista” (¡!).
En las elecciones de 1958, Palabra Obrera aun cuando se opuso inicialmente al voto por el radical burgués Frondizi, finalmente se decidió por “salvar la unidad activista” exhortando a “votar por el gorila Frondizi” (Avanzada Socialista, 9 de mayo de 1973). Durante este mismo periodo el grupo Moreno sostenia relaciones estrechas con un grupo de dirigentes peronistas de izquierda de las “62 organizaciones'” (de los cuales el más prominente era Loholaberry) que habían ganado influencia durante la resistencia que siguiera al golpe de 1955. Unos afios después, este mismo Loholaberry colaboraba directamente con la brutal dictadura antiobrera de Onganía.
Después de 1964, cuando Palabra Obrera se fusionó con el grupo castrista FRIP, Moreno cambió de campo y se puso el disfraz de guerrillero (ver “Guevarismo vs. socialdemocracia en el S.U.”, en este cuaderno). Aunque ganó cierta influencia como resultado del trabajo de masas con los trabajadores azucareros de Tucumán, una vez más en alianza con los “peronistas combativos” de la dirección de FOTIA, el grupo Moreno mismo no se lanzó a la guerra de guerrillas. Cuando algunos de los miembros del grupo empezaron a presionar por la realización del programa, Moreno escindió el grupo.
El trabajo sindical del grupo Moreno ha tenido consistentemente un carácter sindicalista, rehusándose a politizar las luchas espontáneas de la clase. En las huelgas generales de finales de 1970 exigia una huelga general indefinida, por el aumento inmediato de salarios, por el fin al estado de sitio y el reconocimiento de todos los partidos politicos y por la formación de asambleas de fábrica para dirigir la huelga (La Verdad, 10 de noviembre de 1970). No llamó por un gobierno obrero, ni abogó por la formación de un comité nacional de huelga para dirigir la movilización. En forma similar, el llamado del PST (en ese entonces PSA) por una lista de trabajadores en las últimas elecciones no ofrecía ningún criterio programático. Sus llamados se dirigían a destacados militantes locales asociados con el Partido Comunista, peronistas de izquierda o sindicalistas, y la demanda, principal era por una lista electoral [¡del justicialismo, el brazo electoral burgués del peronismo!] cón un 80 por ciento de trabajadores y un “programa obrero” no especificado.
Desde las elecciones de marzo, su fallo en no presentar una alternativa clara a los peronistas se ha convertido en un peligro real. A finales de mayo, el PST asistió a una reunión con Cámpora que según el mismo PST, “fue un gran encuentro de los partidos y organizaciones patronales argentinos para ofrecer su apoyo a las proeuestas de Cámpora.” La posición del PST era que todas las acciones del gobierno en favor de los intereses obreros recibirían apoyo crítico. “Sin confundir las banderas, podrá contar, Dr. Cámpora, con nuestra solidaridad proletaria” (Avanzada Socialista, 30 de mayo-6 junio de 1973). Cámpora y Perón se preparan para aplastar a los “trotskistas” ¡y el dirigente del PST Juan Carlos Coral brinda el apoyo crítico del PST a las medidas positivas del gobierno Cámpora!