GADAFI DERRUMBADO POR LOS IMPERIALISTAS EN LIBIA
Gadafi derrumbado por los imperialistas en Libia
Combatir el gobierno del Consejo Nacional y de la OTAN!
Septiembre 2011
Gadafi fue un tirano que oprimió a los trabajadores de Libia durante cuatro décadas. Bajo la fachada de algunas nacionalizaciones progresivas contra los imperialistas en la década del 70, engañó a los proletarios y garantizó el mantenimiento del capitalismo en el país bajo las formas más brutales. Después de la década de 1980, estrechó sus lazos con los países centrales del capitalismo y revirtió mismo sus medidas parciales. A pesar de eso, su derrota a manos de una coalición dominada por sectores de la burguesía nacional – el Consejo Nacional de Transición (incluyendo jefes tribales, monarquistas y jefes militares) – y la OTAN (una organización militar imperialista) es una derrota para los trabajadores.
Los trabajadores jamás hubieran podido tener ninguna confianza política en Gadafi. Era necesario preparar a cada momento su destitución revolucionaria que hubiese podido crear un gobierno revolucionario de los trabajadores, de libertad y de igualdad; principalmente para las mujeres de un país que estaba – y continúa estando – marcado por la opresión. Sin embargo, y a pesar de las ilusiones de muchos, el gobierno que ahora va a dominar Libia es lo opuesto de ello. Es un gobierno que llegó al poder con el apoyo de la OTAN y que va a intensificar la explotación imperialista sobre el pueblo de Libia y mantener la opresión sobre las mujeres y los trabajadores.
Era, desde el comienzo, responsabilidad de los revolucionarios en Libia y en los otros países romper la ilusión de que ese Consejo podría garantizar cualquier tipo de progreso social o democracia. En febrero, cuando este tomó el poder en Bengasi y el país se sumergió en una guerra civil, la clase trabajadora no tenía ningún interés en adherir a ninguno de los bandos en lucha. Esa era una guerra de fracciones equivalentes de la burguesía de Libia, en la cual la defensa de la clase trabajadora no estaba asociada con tomar el mismo lado militar que alguno de los combatientes.
Con el apoyo militar de los países imperialistas al CNT, a partir de mediados de marzo la situación cambió. Se volvió necesario formar un bloque militar temporario entre los movimientos de los trabajadores y el gobierno de Gadafi para combatir a los imperialistas y sus aliados, quienes tenían el interés de imponer una opresión cualitativamente mayor sobre los trabajadores del país. No obstante, mientras el objetivo inmediato de los revolucionarios era vencer el bloque CNT/OTAN, eso no cambiaba su perspectiva de denunciar a Gadafi y preparar su derrumbe al mismo tiempo en el que la amenaza imperialista era combatida. En sus tácticas, los revolucionarios jamás deben colocar de lado la lucha por el socialismo.
Los líderes de los grupos de izquierda que consideraron la victoria de los rebeldes, debido a su popularidad, una victoria de los trabajadores, engañan cruelmente a sus seguidores. Como si no fuera suficiente el apoyar una insurrección liderada por la burguesía reaccionaria de Libia, estos demagogos ignoran el hecho de que esa “victoria de los trabajadores” fue apoyada por el imperialismo (como si este pudiera ser un aliado de la clase trabajadora), e invierten la lógica de la lucha de clases. La tarea por delante de los trabajadores en lucha por el socialismo, por lo tanto, sólo puede avanzar consistentemente si estos no temen a una impopularidad temporaria, y le dicen la verdad a los trabajadores, por más amarga que esta pueda ser.